«Efecto incentivador» puede sonar raro, pero es un concepto muy típico en las ayudas públicas nacionales.
Básicamente, efecto incentivador, significa que la ayuda debe de provocar un cambio en el comportamiento del beneficiario incrementando su innovación. Este cambio no puede darse si el beneficiario comenzó la actividad objeto de la ayuda previamente a la solicitud de la misma.
Es decir, que para considerar que un proyecto tiene efecto incentivador, es obligatorio que no haya ejecutado gastos antes de la presentación de la solicitud de la ayuda pública.
Se considera que una ayuda tiene efecto incentivador cuando se cumple que:
- La actividad del proyecto no se ha iniciado antes de presentar la solicitud de ayuda.
- El beneficiario del proyecto es una PYME y además el importe de la ayuda es inferior a 7.5M€ por proyecto y PYME.
En el caso de empresas no PYME, además de no haber iniciado el proyecto antes de la presentación de la solicitud de la ayuda, se deberá incluir junto a la solicitud de la ayuda una memoria con una evaluación del incremento de las actividades de I+D+i, mediante un análisis que compare la situación con y sin concesión de ayudas.
¿Cómo de importante es el efecto incentivador?
Tan importante como que si no lo cumples, desestiman tu ayuda.
Esto significa, por ejemplo, que si presentamos un proyecto que claramente está publicitado en nuestra página web corporativa, o existe información de que ya se está comercializando o que ya hemos iniciado el desarrollo, este será rechazado de inmediato.